domingo, 20 de junio de 2010

HUEVOS FRITOS



Algunas particularidades del huevo:
Es parte integrante de la dieta alimenticia; su peso medio oscila entre los 55-75 gr.; el color de la cáscara no es en absoluto indicio de mejor o peor calidad; las aportaciones calóricas de un huevo de tipo medio, no son muy altas, aproximadamente 80 calorías; contribuyen a la nutrición con unos 6 gr. De proteínas e igual cantidad de grasas, poseen 30 mlgr. De calcio por unidad y casi 2 mlgr. De hierro. 500 u.i. de vitamina A y cantidades apreciables de vitamina B,D y E; es aconsejable lavar el huevo si la cáscara presenta alguna suciedad; el tiempo máximo aconsejable para su consumo es de 20 días contados a partir del momento de la puesta, siempre que se haya conservado en el frigorífico; para saber si un huevo es fresco, disolver 125 gr. De sal en un litro de agua y colocar el huevo en el recipiente. Si se queda en el fondo o entre dos aguas, es fresco. Si se queda en la superficie en posición horizontal, es más prudente desecharlo; los huevos que más se comercializan son los de gallina, codorniz, pata, oca y últimamente, los de avestruz. Y sin entrar en otras muchas particularidades pasaré a explicar algunas formas de freír un huevo para adaptarlas a los gustos de cada uno. En cuanto a la cantidad de huevos a consumir, dependerá del estado de salud de cada uno, puesto que la yema tiene un alto contenido de colesterol y esto es algo que cada uno debe regular.
En primer lugar debemos elegir huevos frescos y mantenerlos frescos (frío) a una temperatura entre 8 y 12º C. Esto hará que la albúmina o clara se mantenga más compacta y no se extienda demasiado al echarlo a la sartén para freírlo. La mejor grasa para freír un huevo es el aceite de oliva V.E. y yo recomiendo no freír más de dos huevos seguidos en el mismo aceite. Deben freírse de uno en uno. En cuanto a la cantidad de aceite y recipiente, son muy importantes a la hora de conseguir un huevo frito de calidad. Por ejemplo. Los huevos que aparecen en la foto están fritos en una sartén pequeña con una cantidad de aceite que apenas cubre la mitad del huevo, (1/2 cm.) esto hará que el huevo si es fresco se mantenga con su forma, la temperatura del aceite será más bien alta, justo cuando empiece a humear ligeramente y el aceite no haya perdido su color es el momento de echar el huevo en la sartén con cuidado de no romperlo, dejar unos segundos que los filos se abuñuelen un poquito y seguidamente con la espumadera salpicar de aceite caliente la superficie, hasta dejarla de la forma deseada y la cantidad de frito que queramos. Para freír el siguiente huevo, debemos esperar un poquito para que recupere el aceite la temperatura y haremos la misma operación que con el primero. Algunos pueden pensar que freír solo dos huevos en el mismo aceite sea poco acertado en cuanto a la economía, pero si lo que queremos son huevos fritos de calidad, debe ser así, porque la densidad del aceite no da para más. (Igualmente ocurre en un circuito de velocidad con los neumáticos de los coches, dan 4 vueltas y los cambian puesto que la adherencia no será la misma si se continua con ellos y no se podrá conseguir el resultado deseado.). Si utilizamos una mayor cantidad de aceite para freír, el huevo no descansará en el fondo del recipiente y la forma no será bonita, la calidad de frito tampoco. Si freímos con el aceite flojo de temperatura, el huevo saldrá blanco y se quedará plano, poco vistoso. Si queremos dar sabor al aceite con unos ajos, es conveniente freír los ajos aparte y ponérselos a los huevos en la parte superior con un poco de aceite. Porque si freímos primero los ajos en el aceite y después los huevos, el aceite habrá degradado y el resultado no será el mismo. Todo esto, es para conseguir huevos fritos utilizando una técnica natural. Puesto que si queremos freír huevos con formas determinadas, podemos utilizar moldes que introduciremos en la sartén con el aceite y dentro depositaremos el huevo y se freirá adoptando la forma que queramos, redondo, cuadrado, ovalado, rectangular, etc.
Voy a explicar otra forma de freír un huevo para aquellos que les gusten blanditos.
Poner el huevo crudo en un cuenco pequeño de barro o de cristal resistente, salarlo ligeramente. En una sartén aparte, calentar aceite de oliva V.E. hasta que esté humeante, pero sin que pierda demasiado el color. Echar en este momento el aceite sobre el huevo y mover el recipiente ligeramente para que fría por todas sus partes; la clara, quedará bastante abuñuelada y blandita al igual que la yema. Podemos comer el huevo con todo el aceite o quitar el que queramos. Con esta técnica los huevos están para chuparse los dedos después de mojar el pan. ¡buena suerte!.

No hay comentarios:

Publicar un comentario