lunes, 15 de noviembre de 2010
ROSCOS Y YEMAS
YEMAS
Son un dulce muy generalizado en toda la comarca, pero con una inmensa cantidad de formas de elaborar, o por lo menos en lo que se refiere al acabado como veremos más adelante. Las yemas han sido siempre un dulce que ha estado presente en las mesas de la mayoría de los hogares de esta comarca sobre todo en los puelecitos de la sierra. Envueltas en papel de seda de colores, las recuerdo desde mi infancia. Al prepararlas para hacer la fotografía, tuve la oportunidad de vivir un momento lleno de recuerdos muy agradables. Como apuntaba al principio, el acabado puede hacerse de varias formas, incluso los productos que intervienen en su elaboración. La receta que voy a dar es la más simple, a esta receta podemos agregar productos en la medida que nos guste, en Lubrín por ejemplo elaboran unas yemas en las que incluyen ingredientes que son habituales en otros dulces como son la patata, la almendra, canela, raspadura de limón. En otros, incorporan piñones tostados, frutas escarchadas etc. en cuanto a su acabado, podemos hacerlo envueltas en azúcar normal, azúcar glas, mojados en un licor y azúcar glas, cubriéndolas con un almíbar a punto de bola fuerte, con un caramelo clarito, glaseadas con chocolate etc. etc. de cualquier forma son exquisitas porque lo importante es el ingrediente principal que se presta a proporcionar un dulce fino y de una calidad inmejorable.
Géneros y cantidades para 24 yemas de tamaño mediano
12 yemas
175 gr. De azúcar
2 dl. de agua
1 corteza de canela en rama
cáscara de limón
azúcar glas o molida
Modo de hacerlo:
En un cazo con fondo difusor, poner el agua, el azúcar y las pieles de limón y canela, llevar a la ebullición y convertir en un almíbar espeso (a punto de bola), si lo tocamos con el dedo índice y juntamos el pulgar, se nos quedarán algo pegados. Retirad el almíbar del fuego. En un recipiente aparte, batir las yemas con cuidado de no hacer espuma y pasarlas por un colador a un recipiente de baño María, incorporar el almíbar a las yemas sin dejar de remover y cocer al baño María, con este sistema de cocción no se nos pegarán las yemas, ya que son muy delicadas para el calor directo.
Pasada media hora conseguiremos una pasta densa que empezará a pegarse en las paredes del recipiente y se irá formando una bola, las yemas ya están en su punto. Espolvoreamos un poco de azúcar glas sobre una superficie de mármol y extendemos la pasta de las yemas. Con una cucharita vamos formando pegotitos de pasta de yema del tamaño que queramos, lo normal es hacerlas de su tamaño natural. Nos embadurnamos las manos con un poco de azúcar glas y con las palmas de éstas formamos bolitas redondas que pasaremos por azúcar glas, las mojaremos en algún licor y después por el azúcar o le haremos una cobertura con caramelo o como ya dije al principio de la forma que más nos guste. Las dejamos secar y las envolvemos en papel de seda de colores y se guardan en el frigorífico.
Si se conservan con frío aguantan bastante tiempo, lo que pasa es que cuando se prueban duran un asalto. Así que manos a la obra y se vuelven a preparar.
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